domingo, 12 de septiembre de 2010

EL MAL II.

Otra fuente del mal viene de la búsqueda de lo desconocido, es decir, de la curiosidad humana. Es algo natural que seamos curiosos; a fin de cuentas no habría ciencia ni avances en el mundo si no hubiera en nosotros esa propensión a descubrir o a buscar cosas. Empezamos por develar ciertos secretos de la naturaleza, por ejemplo el fuego. Eso nos trae poder -pero muchas veces ese poder se ha convertido en daño, o se ha usado para dominar- y el tener cierto control sobre esos artefactos que nosotros mismos descubrimo o inventamos ha sido sificiente para producir divisiones, guerras, discusiones que terminaron en masacres, y muchas otras problemáticas más que se convirtieron en insolubles. Pensemos tan sólo en cómo habrá empezado el milenario conflicto entre algunas poblaciones en el medio oriente. Al parecer es lo mismo que estoy diciendo: alguien encontró la posibilidad de controlar algo -quizás un territorio- "descubrió" que con ello era posible mantenerse (al cabo demucho) con ese dominio que le asegurara la vida a él y sus descendientes. Pero no quizo aceptar que los demás podrían haber visto lo mismo, descubriéndolo quizás de la misma manera. Y ese tipo de raíz tienen las grandes diferencias entre grandes grupos humanos. Si lo vemos desde el lado de la ciencia es bastante parecido: alguien encuentra algo y por lo regular ese conocimiento nuevo sirve para arreglar problemas o para sobrevivir en la tierra de mejor forma. Pero a lo largo de la historia esos conocimientos nuevos se convirtieron en información o tecnología privilegiada para unos cuantos. Lo cual tampoco está del todo mal; porque hay conocimientos que en manos irresponsables pueden ser muy peligrosos. Sin embargo, a lo largo del tiempo la mayoría de los conocimientos llegan a las personas comunes, así como la tecnología, y dependerá de sus cualidades humanas lo que pase con esos nuevos artefactos de la humanidad.
El mal tiene que ver con buscar esos artefactos antes de que se les conozca bien, o con pretender usarlos para resolver sólo situaciones egoistas. Incluso en muchas ocasiones, con las "mejores intenciones" un invento humano ha terminado por perjudicar a toda la especie.
Todo ello viene por nuestra curiosidad. Por nuestra forma imparable de buscar respuestas. Sólo que muchas veces -a pesar de tener ya la respuesta- hemos continuado bloqueados en las preguntas. El mal de este tipo, finalmente, estriba en que sólo unas cuantas mentes conocen a fondo la realidad, y la forma de resoloverla; pero son tan pocos que sus manos son insuficientes para llevar cualquier plan de soluciones a la práctica. A este tipo de personas los consume el poder, los consume el dinero, y la insensibilidad para distribuir su riqueza entre los demás seres humanos.

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