lunes, 19 de enero de 2015

VOLAR ES ALGO EXTRAÑO

Volar es algo extraño; es curioso verse uno mismo por encima de las nubes. Abajo el mundo de los seres humanos se ve empequeñecido, va desapareciendo y es como si se fuera diluyendo. Luego las nubes se presentan con un aspecto tan compacto que parecen un colchón de material mullido y suave. Es extraño volar y ver cómo desaparece el mundo. Hay quien se vería tentado a creer que lo que se queda ahí abajo no tendría importancia. Hay quien se atrevería a creer que eso de ahí abajo puede ser dominado.
En realidad nada de lo que es y está en el mundo nos pertenece. Volamos por casualidad, porque alguien descubrió el artilugio y superó el trauma de Dédalo. Y es maravilloso ver que esa pequeñez del mundo es portentosa. Que al bajar vas a encontrar la vida que te ata, que te hace más frágil y vulnerable que la misma tierra que pisas; que eres materia y no aire. Al volar se nos hace la ilusión de que somos etéreos, de que apenas existimos al contacto, de que somos inasibles, Pero no es así. Nos maravilla porque estamos a la altura de las nubes y 'casi' tocamos al sol. Nos hablamos de tú con los volcanes. Pero eso es todo -y no deja de ser extraordinario- finalmente volveremos a tocar la tierra, y seremos polvo de nuevo: polvo de estrellas.

Noé Treba

Xalapa, Veracruz. Enero de 2015